"‎LOS PUEBLOS, LOS HOMBRES SE ENFRÍAN POR AUSENCIA DE ESPÍRITU. PERO ESTAMOS NOSOTROS, CON PEDERNAL Y YESCA, CON MELODÍAS Y CANTARES, POEMAS Y REFLEXIONES , ALTO DESVELO Y SUEÑOS DE TODO TIPO, PARA ENTIBIAR LAS HORAS DE AQUELLOS QUE NO QUIEREN CONGELARSE."
-Atahualpa Yupanqui-

desde "LA CANCIÓN VERDADERA" un libro de Victor Heredia

"...A. Yupanqui nunca cedió un palmo ante el avance de artistas que desde la mediocridad hicieron tanto daño a la cultura como el éxito económico que obtuvieron, preservó con hidalguía su forma y honró los contenidos. La canción popular también se ha fortalecido desde su verdad y vence la propia añoranza y el embate de los medios que la ignoran. No le quita el sueño resistir, ella sigue alumbrando el camino día a día en cuanta reunión de jóvenes reverbera una guitarra..."



jueves

"MILONGA DEL TROVADOR" MILONGA

FOTO: LEÓN BENARÓS
Milonga 1981
Música: Astor Piazzolla
Letra: Horacio Ferrer
MILONGA DEDICADA A León Benarós:
poeta, critico de arte, historiador, abogado.
Nació en Villa Mercedes, provincia de San Luis, Argentina el 6 de febrero de 1915. Fue cofundador de la revista literaria Correspondencia México - Argentina (1946) y del periódico Contrapunto (1944 - 1945).
Pertenece a la llamada 'Generación del 40', a la que denomino.

Soy de una tierra hermosa
de América del Sur,
en mezcla gaucha de indio con español.
De piel y voz morochas
vi en mi guitarra
que al mundo van las coplas, y me fui yo.

Con un rumor de nido
volaban tras de mí,
aquellos pañuelitos en la estación.
Pero soy peregrino
y a mi nostalgia
le canto así en la oreja del corazón:

Vamos a la distancia, sí,
que soy el trovador,
si la distancia llama,
yo jamás veré ponerse el sol.

Vamos a la distancia, ya,
y si no llego, amor,
vos le darás mi alma
de argentino y de cantor.

Mi casa es donde canto
porque aprendí a escuchar
la voz de Dios que afina en cualquier lugar,
ecos que hay en las plazas
y en las cocinas,
al borde de una cuna y atrás del mar.

Si en esta andanza un día
me espera la vejez,
ya mi niñez le hará la segunda voz;
y al fin con dos gargantas,
a mi agonía,
le cantaré en la oreja del corazón:

Vamos a la distancia, sí,
que soy el trovador,
si la distancia llama
yo jamás veré ponerse el sol.

Vamos a la distancia, ya,
y si no llego, amor,
vos le darás mi alma
de argentino y de cantor.



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