"‎LOS PUEBLOS, LOS HOMBRES SE ENFRÍAN POR AUSENCIA DE ESPÍRITU. PERO ESTAMOS NOSOTROS, CON PEDERNAL Y YESCA, CON MELODÍAS Y CANTARES, POEMAS Y REFLEXIONES , ALTO DESVELO Y SUEÑOS DE TODO TIPO, PARA ENTIBIAR LAS HORAS DE AQUELLOS QUE NO QUIEREN CONGELARSE."
-Atahualpa Yupanqui-

desde "LA CANCIÓN VERDADERA" un libro de Victor Heredia

"...A. Yupanqui nunca cedió un palmo ante el avance de artistas que desde la mediocridad hicieron tanto daño a la cultura como el éxito económico que obtuvieron, preservó con hidalguía su forma y honró los contenidos. La canción popular también se ha fortalecido desde su verdad y vence la propia añoranza y el embate de los medios que la ignoran. No le quita el sueño resistir, ella sigue alumbrando el camino día a día en cuanta reunión de jóvenes reverbera una guitarra..."



jueves

"EN BLANCO Y NEGRO" MILONGA CAMPERA

FOTO: NESTOR FERIA
Letra: Fernán Silva Valdés
Música: Néstor Feria

por Héctor Ángel Benedetti
Néstor Feria
Cantante y compositor
(5 Marzo 1894 - 26 Septiembre 1948)
«Nadie como vos, Negro, para estas cosas...»
sí le decía Gardel. Y si él lo afirmaba... Cuentan que cada vez que el Zorzal llegaba a Montevideo, buscaba a "los del ambiente" y lo primero que preguntaba era si había algo nuevo de Néstor Feria.
Durante 1938 participó en la filmación de la película "Los caranchos de la Florida", con la dirección de Alberto de Zavalía, basada en la novela homónima de Benito Lynch.
Al año siguiente, Enrique Santos Discépolo -en una de sus rarísimas incursiones en el folklore- ofreció una preciosa zamba que Feria incorporó de inmediato a su repertorio: "Noche de abril". Más adelante, Lito Bayardo y Juan Larenza compusieron especialmente para Feria la hoy conocidísima zamba "Mama vieja", que el cantor estrenó en 1943, y fue por esta época que el cantor incluyó también entre sus éxitos la milonga "Los ejes de mi carreta", de Atahualpa Yupanqui y Romildo Risso.


Tuve tropilla “de un pelo”
yo también como el mejor;
tropilla de pelo oscuro,
“mismito” como el dolor.
Oscuro como mis penas,
oscura como mi suerte;
en el pago la llamaban
la tropilla de la Muerte.

Cuatro pingos todos negros,
justo como pa' un entierro;
cuatro pingos todos negros,
como pa' cinchar un muerto.
Mas todos en su negrura
tenían su pinta clara,
como una estrella en la noche,
como el lucero en el alba.

Uno tenía “el pico blanco”,
otro las manos “vendada”,
otro, una “estrella” en la frente
como manchao de esperanza,
otro, con un lunarejo
mismo en el medio del anca,
como llevando pa' siempre
enancada una “luz mala”.

Vos china, sos negra de alma,
negra como mis caballos;
bien oscurita por dentro
y con el cuerpo bien blanco...
Blanco tu cuerpo y oscura
como mis pingos, tu alma,
parecés de mi tropilla,
¡perdoná la "comparancia"!...

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