"‎LOS PUEBLOS, LOS HOMBRES SE ENFRÍAN POR AUSENCIA DE ESPÍRITU. PERO ESTAMOS NOSOTROS, CON PEDERNAL Y YESCA, CON MELODÍAS Y CANTARES, POEMAS Y REFLEXIONES , ALTO DESVELO Y SUEÑOS DE TODO TIPO, PARA ENTIBIAR LAS HORAS DE AQUELLOS QUE NO QUIEREN CONGELARSE."
-Atahualpa Yupanqui-

desde "LA CANCIÓN VERDADERA" un libro de Victor Heredia

"...A. Yupanqui nunca cedió un palmo ante el avance de artistas que desde la mediocridad hicieron tanto daño a la cultura como el éxito económico que obtuvieron, preservó con hidalguía su forma y honró los contenidos. La canción popular también se ha fortalecido desde su verdad y vence la propia añoranza y el embate de los medios que la ignoran. No le quita el sueño resistir, ella sigue alumbrando el camino día a día en cuanta reunión de jóvenes reverbera una guitarra..."



martes

"BIEN CRIOLLA Y BIEN PORTEÑA" MILONGA

FOTO: ARMANDO PONTIER
1945
MÚSICA: Armando Pontier
LETRA: Homero Expósito

CANTANTE: PABLO GIBELLI
-ARMANDO PONTIER: (29/8/17- 1983)

Desde muy joven integró diversas orquestas, hasta que formó su propia orquesta en 1955. La orquesta estaba integrada con la siguiente composición:
fila de bandoneones: Pontier mismo, Nicolás Paracino, Antonio Roscini y Ángel Digiovanni;
violines: Alberto del Bagno, José Sarmiento, Ernesto Gianni y Pedro Desret;
piano: Ángel Cichetti
contrabajo: Fernando Cabarcos
Canto: Julio Sosa y Roberto Florio
Con el paso del tiempo, Pontier tuvo otros cantantes destacados como Roberto Rufino y Raúl Berón. La orquesta se instaló durante una década en Radio Belgrano y eran famosas sus actuaciones de carnaval en el Centro Asturiano.
En 1963 integró La Orquesta de las Estrellas dirigida por Miguel Caló, con Enrique Francini, Domingo Federico, Alberto Podestá, Raúl Berón y Orlando Trípodi.
En 1966 reorganizó su orquesta con los cantores Alberto Podestá y Héctor Darío. Luego organizó un sexteto que tocó en Radio Municipal y en el cabaret Marabú. En 1973 volvió a reorganizar su orquesta con Francini y la cantante Alba Solís.
El 25 de diciembre de 1983 se suicidó.

Para cantarle al amor
no se precisa experiencia:
se forma un nido entre dos
y lo demás... va sin letra.
Que así empecé esta milonga
bien criolla y bien porteña,
para cantarle al amor
que sólo siento por ella.

Ella es triste como un tango,
ella tiene gusto a menta
y es sencilla como el lazo
que me anuda a su tristeza.
Ella es como el mate amargo,
bien criolla y bien porteña,
y es acorde en la guitarra.
¡Qué milonga milonguera
la canción de la esperanza
que el amor hace canción!

Para cantarle al amor
no hay que mirar las estrellas,
hay que ser hombre de honor
y lo demás... no interesa,
que al terminar la milonga
bien criolla y bien porteña,
para cantarle al amor
yo canto de esta manera.


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