"‎LOS PUEBLOS, LOS HOMBRES SE ENFRÍAN POR AUSENCIA DE ESPÍRITU. PERO ESTAMOS NOSOTROS, CON PEDERNAL Y YESCA, CON MELODÍAS Y CANTARES, POEMAS Y REFLEXIONES , ALTO DESVELO Y SUEÑOS DE TODO TIPO, PARA ENTIBIAR LAS HORAS DE AQUELLOS QUE NO QUIEREN CONGELARSE."
-Atahualpa Yupanqui-

desde "LA CANCIÓN VERDADERA" un libro de Victor Heredia

"...A. Yupanqui nunca cedió un palmo ante el avance de artistas que desde la mediocridad hicieron tanto daño a la cultura como el éxito económico que obtuvieron, preservó con hidalguía su forma y honró los contenidos. La canción popular también se ha fortalecido desde su verdad y vence la propia añoranza y el embate de los medios que la ignoran. No le quita el sueño resistir, ella sigue alumbrando el camino día a día en cuanta reunión de jóvenes reverbera una guitarra..."



jueves

"CHE BANDONEÓN" TANGO

FOTO: ANIBAL TROILO CON ROBERTO ACHAVAL
Letra de Homero Manzi (1950)
Música de Aníbal Troilo (1950)
CANTANTE: ROBERTO ACHAVAL:Prestancia y recia voz de hondo sentimiento interpretativo, fue haciendo gala de ese arte exquisito y supo captar el gusto del pueblo para llegar como un mensaje de amor, sonriéndole a la suerte que no le fue esquiva.
Participó en los conjuntos de Omar Valente, Osvaldo Piro, Baffa–Berlingieri, Osvaldo Tarantino, Roberto Pansera y Panchito Nolé con quienes dejó registros grabados, y fue el último vocalista de Aníbal Troilo, con quien lamentablemente no dejó grabaciones comerciales. También fue acompañado por el piano de Lucio Demare.
Actuó en distintos lugares especializados. Realizó giras que abarcaron varios países de América: Estados Unidos, donde estuvo radicado más de dos años, Brasil, Colombia, Venezuela, Chile y Uruguay. Paseó su voz y su estampa tanguera por 74 ciudades llegando inclusive a Manaus en medio del Amazonas con el espectáculo "Una Noite en Buenos Aires " junto con el Sexteto Mayor y Raúl Lavié donde fue reiteradamente convocado.

El duende de tu son, che, bandoneón,
se apiada del dolor de los demás;
y al estrujar tu fuelle dormilón
se arrima al corazón que sufre más.
Esthercita y Mimí, como Ninón,
dejando sus destinos de percal,
vistieron, al final, mortajas de rayón
al eco funeral de tu canción.
Bandoneón,
hoy es noche de fandango
y puedo confesarte la verdad
copa a copa, pena a pena, tango a tango,
embalado en la locura
del alcohol y la amargura.
Bandoneón,
¿Para qué nombrarla tanto?
¿No ves que está de olvido el corazón
y ella vuelve noche a noche como un canto
en las notas de tu llanto,
che, bandoneón...?
Tu canto es el amor que no se dio,
y el cielo que soñamos una vez,
y el fraternal amigo que se hundió
cinchando en la tormenta de un querer,
y esas ganas tremendas de llorar
que a veces nos inunda sin razón,
y el trago de licor que obliga a recordar
que el alma está en orsai,
che, bandoneón...



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