"‎LOS PUEBLOS, LOS HOMBRES SE ENFRÍAN POR AUSENCIA DE ESPÍRITU. PERO ESTAMOS NOSOTROS, CON PEDERNAL Y YESCA, CON MELODÍAS Y CANTARES, POEMAS Y REFLEXIONES , ALTO DESVELO Y SUEÑOS DE TODO TIPO, PARA ENTIBIAR LAS HORAS DE AQUELLOS QUE NO QUIEREN CONGELARSE."
-Atahualpa Yupanqui-

desde "LA CANCIÓN VERDADERA" un libro de Victor Heredia

"...A. Yupanqui nunca cedió un palmo ante el avance de artistas que desde la mediocridad hicieron tanto daño a la cultura como el éxito económico que obtuvieron, preservó con hidalguía su forma y honró los contenidos. La canción popular también se ha fortalecido desde su verdad y vence la propia añoranza y el embate de los medios que la ignoran. No le quita el sueño resistir, ella sigue alumbrando el camino día a día en cuanta reunión de jóvenes reverbera una guitarra..."



viernes

"POR QUÉ LA QUISE TANTO" TANGO

FOTO: NITO MORES (CANTANTE)
Música: Mariano Mores
Letra: Rodolfo Taboada
CANTANTE: NITO MORES:Hijo del compositor y director Mariano Mores, él mismo nos dice: «Mi padre no me quería cantor; tampoco deseaba que me dedicara a la música popular. Hasta que un buen día comenzó a tomar con agrado mi vocación; en 1966 decidió incluirme en su orquesta para realizar giras por el interior cuando con él actuaban Susy Leiva y Hugo Marcel».
Debutó en el Teatro Avenida de Mendoza, interpretando el tango “El ciruja”.
En 1967, registró su primer disco combinando un repertorio de tangos y temas melódicos con el acompañamiento, dirección y arreglos de Martín Darré.
Su primera presentación en la capital tuvo lugar en el Teatro El Nacional ese mismo año y en los dos siguientes, cantó en los programas difusores del género, de los canales 9 y 13 de televisión. Desde entonces, recorrió, menos Brasil, todos los países de Iberoamérica, particularmente México, donde estuvo radicado durante un año y medio.
Registró para el disco numerosas versiones con los maestros Carlos García y Martín Darré, para los sellos Odeon y Microfón.
Sus realizaciones preferidas fueron, a su juicio, las que había logrado con “Uno” y “La calesita”. Su hermosa voz de barítono, afinada y matizada, luce con ejemplares calidades en su estupenda labor sobre el tango de su padre y León Benarós: “Oro y gris”.

Remotos acordeones
despliegan en la noche
sus pájaros de brumas
y un coro de fantasmas
que gritan en las sombras
preguntan y preguntan,
preguntan por qué lloro,
preguntan por qué canto,
por qué no la maldigo,
por qué la quise tanto... tanto...

Yo sólo sé que fue el remanso de mi vida gris,
que en el calvario de mis días fue una tibia luz,
que bendigo esta negra cruz,
que está aquí... y está ausente...
y sangra en mis labios desesperadamente.

Las sombras implacables
jugando con mi angustia
me acosan y preguntan,
preguntan por qué en vano
la espero todavía;
por qué vivo soñando
que alguna vez fue mía... mía...


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