"‎LOS PUEBLOS, LOS HOMBRES SE ENFRÍAN POR AUSENCIA DE ESPÍRITU. PERO ESTAMOS NOSOTROS, CON PEDERNAL Y YESCA, CON MELODÍAS Y CANTARES, POEMAS Y REFLEXIONES , ALTO DESVELO Y SUEÑOS DE TODO TIPO, PARA ENTIBIAR LAS HORAS DE AQUELLOS QUE NO QUIEREN CONGELARSE."
-Atahualpa Yupanqui-

desde "LA CANCIÓN VERDADERA" un libro de Victor Heredia

"...A. Yupanqui nunca cedió un palmo ante el avance de artistas que desde la mediocridad hicieron tanto daño a la cultura como el éxito económico que obtuvieron, preservó con hidalguía su forma y honró los contenidos. La canción popular también se ha fortalecido desde su verdad y vence la propia añoranza y el embate de los medios que la ignoran. No le quita el sueño resistir, ella sigue alumbrando el camino día a día en cuanta reunión de jóvenes reverbera una guitarra..."



jueves

"MILONGA DEL 900" MILONGA

Letra: Homero Manzi
Música: Sebastian Piana
(1933)
En 1922 Piana se presentó por primera vez en radio. Cuatro años más tarde, en 1926, conoce a Homero Manzi con quién formara un equipo famoso por escribir numerosos temas en los años siguientes. Hacia 1930 Rosita Quiroga le encargó a Homero Manzi que escribiera una milonga y éste le pidió a Piana que compusiera la música, para así poder escribir los versos. Fue ahí que compuso "Milonga del 900", pero a su gusto estaba muy bien, y en lugar de darle la música a Manzi, se la dio a Gonzalez Castillo, quien era el que le había puesto letra a su primer tango "Sobre el Pucho". Manzi insistía en la música para su milonga y así, en tan solo una hora, Piana compuso "Milonga sentimental" que sería un gran éxito para la época y que ha sido interpretada por diversos cantantes aún en la actualidad. El final de la historia es más que irónico ya que "Milonga del 900" recién tuvo versos tres años después de haber sido compuesta por Piana, y fue Manzi quien se los escribió .


Me gusta lo desparejo
y no voy por la vereda;
uso fungi a lo Maxera,
calzo bota militar.
La quise porque la quise
y por eso ando penando;
se me fue ya ni se cuando,
ni se cuando volvera.

Me la nombran las guitarras
cuando dicen su canción,
las callecitas del barrio
y el filo de mi facon.
Me la nombran las estrellas
y el viento del arrabal;
no se pa' que me la nombran
si no la puedo olvidar.

Soy desconfiao en amores,
y soy confiao en el juego;
donde me invitan me quedo
y donde sobro también.
Soy del partido de todos
y con todos me la entiendo
pero vayanlo sabiendo:
soy hombre de Leandro Alem.

No me gusta el empedrao
ni me doy con lo moderno;
descanso cuando ando enfermo,
y dispues que me he sanao.
La quiero porque la quiero
y por eso la perdono;
no hay cosa peor que un encono
para vivir amargao...

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