1946
Musica: Francisco Canaro
LETRA: Homero Manzi
JUAN ANDRÉS CARUSO: De sus más de treinta obras para la escena la primera, "Nobleza de arrabal", fue estrenada en 1919 en el Teatro Variedades -a metros de la estación Constitución. También escribió el tango que lleva el mismo título, con música de Francisco Canaro, pero la letra que trascendió con posterioridad no fue la suya sino la del poeta Homero Manzi que la firmó con el seudónimo de Arauco.
En un ranchito de Alsina
tengo el hogar de mi vida,
con cerco de cina-cina
y corredor de glicinas.
Hay un aljibe pintado,
bajo un parral de uva rosa,
y una camelia mimosa
temblando sobre el brocal.
Y allí también estás frisón
y eres mi lujo de cuarteador.
Rocín feliz, de crin azul,
famoso por todo el sur.
Cuando el domingo asolea
por no hacer de perezoso,
traigo el balde desde el pozo
y refresco el corredor.
Y aprovechando el fresquito
me siento bajo la parra
y al compás de mi guitarra
canto décimas de amor.
En mi ranchito de Alsina
paso tranquilo las horas,
junto al amor de la china,
que me respeta y me adora.
Y, entre su amor y las cosas
que adornan toda mi suerte,
temo, nomás, que la muerte
me saque de ese rincón.
Musica: Francisco Canaro
LETRA: Homero Manzi
JUAN ANDRÉS CARUSO: De sus más de treinta obras para la escena la primera, "Nobleza de arrabal", fue estrenada en 1919 en el Teatro Variedades -a metros de la estación Constitución. También escribió el tango que lleva el mismo título, con música de Francisco Canaro, pero la letra que trascendió con posterioridad no fue la suya sino la del poeta Homero Manzi que la firmó con el seudónimo de Arauco.
En un ranchito de Alsina
tengo el hogar de mi vida,
con cerco de cina-cina
y corredor de glicinas.
Hay un aljibe pintado,
bajo un parral de uva rosa,
y una camelia mimosa
temblando sobre el brocal.
Y allí también estás frisón
y eres mi lujo de cuarteador.
Rocín feliz, de crin azul,
famoso por todo el sur.
Cuando el domingo asolea
por no hacer de perezoso,
traigo el balde desde el pozo
y refresco el corredor.
Y aprovechando el fresquito
me siento bajo la parra
y al compás de mi guitarra
canto décimas de amor.
En mi ranchito de Alsina
paso tranquilo las horas,
junto al amor de la china,
que me respeta y me adora.
Y, entre su amor y las cosas
que adornan toda mi suerte,
temo, nomás, que la muerte
me saque de ese rincón.
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