Tango 1933
Música: José María Aguilar
Letra: Enrique Cadícamo
Poeta, escritor y compositor argentino, autor de numerosos tangos y perteneciente a la llamada "Edad de Oro" del tango. Enrique Cadícamo nació en una estancia de Malcolm (Luján, Buenos Aires), siendo el décimo hijo de una familia de inmigrantes italianos. En 1906 la familia se traslada al barrio de Floresta, donde transcurrió su infancia. En 1918, Enrique Cadícamo entró a trabajar en el Consejo Nacional de Educación y comenzó a componer con el seudónimo de Rosendo Luna. Tiempo después conoce a Carlos Gardel y éste queda muy impresionado con sus obras, grabando más de 20 temas suyos entre 1925 y 1933. Realizó numerosos viajes al exterior, especialmente a Francia y España. La obra de Enrique Cadícamo es prolífica y multifacética, teniendo más de 1200 canciones publicadas, libros, obras de teatro y libretos de cine. En 1987, Enrique Cadícamo fue declarado Ciudadano Ilustre de Buenos Aires y nueve años más tarde, en 1996, fue distinguido como Personalidad Emérita de la Cultura Argentina.
Todo el mundo está en la estufa,
Triste, amargao y sin garufa,
neurasténico y cortao...
Se acabaron los robustos,
si hasta yo, que daba gusto,
¡cuatro kilos he bajao!
Hoy no hay guita ni de asalto
y el puchero está tan alto
que hay que usar el trampolín.
Si habrá crisis, bronca y hambre,
que el que compra diez de fiambre
hoy se morfa hasta el piolín.
Hoy se vive de prepo
y se duerme apurao.
Y la chiva hasta a Cristo
se la han afeitao...
Hoy se lleva a empeñar
al amigo más fiel,
nadie invita a morfar...
todo el mundo en el riel.
Al mundo le falta un tornillo
que venga un mecánico...
¿Pa' qué, che viejo?
Pa' ver si lo puede arreglar.
¿Qué sucede?... ¡mama mía!
Se cayó la estantería
o San Pedro abrió el portón.
La creación anda a las piñas
y de pura arrebatiña
apoliya sin colchón.
El ladrón es hoy decente
a la fuerza se ha hecho gente,
va no encuentra a quién robar.
Y el honrao se ha vuelto chorro
porque en su fiebre de ahorro
él se “afana” por guardar.
Al mundo le falta un tornillo,
que venga un mecánico.
pa' ver si lo puede arreglar.
Música: José María Aguilar
Letra: Enrique Cadícamo
Poeta, escritor y compositor argentino, autor de numerosos tangos y perteneciente a la llamada "Edad de Oro" del tango. Enrique Cadícamo nació en una estancia de Malcolm (Luján, Buenos Aires), siendo el décimo hijo de una familia de inmigrantes italianos. En 1906 la familia se traslada al barrio de Floresta, donde transcurrió su infancia. En 1918, Enrique Cadícamo entró a trabajar en el Consejo Nacional de Educación y comenzó a componer con el seudónimo de Rosendo Luna. Tiempo después conoce a Carlos Gardel y éste queda muy impresionado con sus obras, grabando más de 20 temas suyos entre 1925 y 1933. Realizó numerosos viajes al exterior, especialmente a Francia y España. La obra de Enrique Cadícamo es prolífica y multifacética, teniendo más de 1200 canciones publicadas, libros, obras de teatro y libretos de cine. En 1987, Enrique Cadícamo fue declarado Ciudadano Ilustre de Buenos Aires y nueve años más tarde, en 1996, fue distinguido como Personalidad Emérita de la Cultura Argentina.
Todo el mundo está en la estufa,
Triste, amargao y sin garufa,
neurasténico y cortao...
Se acabaron los robustos,
si hasta yo, que daba gusto,
¡cuatro kilos he bajao!
Hoy no hay guita ni de asalto
y el puchero está tan alto
que hay que usar el trampolín.
Si habrá crisis, bronca y hambre,
que el que compra diez de fiambre
hoy se morfa hasta el piolín.
Hoy se vive de prepo
y se duerme apurao.
Y la chiva hasta a Cristo
se la han afeitao...
Hoy se lleva a empeñar
al amigo más fiel,
nadie invita a morfar...
todo el mundo en el riel.
Al mundo le falta un tornillo
que venga un mecánico...
¿Pa' qué, che viejo?
Pa' ver si lo puede arreglar.
¿Qué sucede?... ¡mama mía!
Se cayó la estantería
o San Pedro abrió el portón.
La creación anda a las piñas
y de pura arrebatiña
apoliya sin colchón.
El ladrón es hoy decente
a la fuerza se ha hecho gente,
va no encuentra a quién robar.
Y el honrao se ha vuelto chorro
porque en su fiebre de ahorro
él se “afana” por guardar.
Al mundo le falta un tornillo,
que venga un mecánico.
pa' ver si lo puede arreglar.
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