Ayer , descubrí en el parque de mi casa a tres duendes. No hace falta que los describa físicamente. Cada uno sabe como son sus duendes. Uno de ellos era rojo. Silbaba y cantaba melodías maravillosas que, al oírlas, los pájaros se agolpaban a su alrededor, pero en absoluto silencio. Sorprendidos al descubrir que , ninguno de ellos podía estar cerca de esa gloriosa sonoridad. Algunas de esas melodías se parecían a hermosos tangos, pero solo por momentos muy breves. Luego volaban y eran tan hermosas que la memoria no podía apresarlas. Otro de los duendes, el celeste escuchaba y levantaba los ojitos , como en trance. Tuve la sensación de que él , si , retenía y comprendía aquellos maravillosos giros melódicos como si fuesen propios. Luego se sentó al lado del jazminero y , cosa rara en pleno Abril, nacieron como veinte pimpollos a un tiempo. El duende celeste sacó de su túnica una libretita, un lápiz y comenzó a escribir. Me acerqué por detrás para espiar pero su caligrafía era incomprensible. Dobló la hoja en dos y se la alcanzó al duende blanco, el más bello de los tres. Tenía una sonrisa pícara, una mirada intensa que denotaba sabiduría y sensibilidad. Con paso lento se acercó a sus compañeros y comenzaron a hablar entre ellos.
Con terror a romper el hechizo me dirigí al duende blanco y dije:
---Perdoneme…me gustaría saber quienes….
---Somos nosotros, se anticipó. Bueno …vea…nosotros somos los duendes del tango. No acostumbramos a trabajar en casa de otros, pero al pasar por aquí escuchamos una grabación de Alfredo Gobbi y como al compañero músico se le habían ocurrido algunas cositas…nos metimos en su parque a trabajar… si le molesta…
----Noooo!! Nooo!!1 me apresuré a decir. Están en su casa.
----Bueno amigo, muchas gracias. Y me dedicó una amabilísima sonrisa, mientras con la mano izquierda se acariciaba la barba.
Yo no sabía si seguir preguntando, pero….eran los duendes del tango. No me los podía perder.
----Y como trabajan? …si es que me puede contar…
----Como no. El Duende rojo recuerda tangos , sus partes melódicas más bellas y las recrea un poquito. El duende celeste rescata las frases y palabras más importantes del tema , y yo soy el duende “yeitero”…
----Como???
---Ya le explico. Le pido un favor. Hagame escuchar algo por Gobbi o por Troilo, cualquier cosita, lo que tenga a mano…
-----Si, ya voy,
Volé hasta el equipo de música y puse Romance de Barrio por Pichuco, cantado por Floreal Ruiz.
Cuando volví el duende “yeitero” estaba rodeado de mariposas plateadas. Les hacía una seña y ellas se posaban en sus hombros y cabeza. Me dedicó otra sonrisa y me dijo:
---Pero muchas graaaaciaass. Que buena elección. Es una demasía….
Se quedó como en éxtasis hasta que terminó el vals. Entonces preguntó:
----Usted sabe que es un “yeite”?
----Más o menos…Algo así como una creación…
----Si…una creación…pero no académica o erudita. Una creación atorranta. Su sonrisa era más pícara que nunca. Un privilegio de mentes lúcidas y populares. Un “yeite” en el tango , es lo que el pueblo necesita escuchar….
Mi cara de no entender muy bien, lo animó a seguir.
---Nosotros tomamos una obra del artista. Elegimos lo mejor de la obra y del intérprete y nos metemos en el disco ya grabado y le “zampamos” el “yeite”. Por eso usted escucha al artista muchas veces cantando lo mismo y cada vez le encuentra algo nuevo, como si lo escuchara por primera vez….
---Dios mío , me dije cegado por mi ambición de eternidad. Si consigo que se queden conmigo.
----Escucheme Duende yeitero. Yo soy cantor de tangos….
Su mirada se perdía en el espacio. Los pájaros habían comenzado a recobrar su canto , las mariposas plateadas se iban de a poco y el jazminero retomaba su estado yermo…Casi desesperado insistí.
----A lo mejor, podríamos trabajar juntos. Sería maravilloso…ustedes me dicen cuanto cuesta su trabajo….
Volvió a sonreir y a mirarme como la primera vez, aunque me pareció descubrir cierta dosis de piedad en esos ojos. Se arregló el lazo con pasador de oro que llevaba, me tomó del brazo y me dijo firme y dulcemente.
----No es cuestión de dinero, amigo. Nosotros solo trabajamos con Rubén Juarez
José Angel Trelles en Abril de 2012 y queriendote tanto negro nuestro
viernes
UN CUENTO DE JOSÈ ÀNGEL TRELLES
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