LETRA: ENRIQUE SANTOS DISCÉPOLO/JUAN CARLOS MARAMBIO CATÁN
MÚSICA: ÁNGEL VILLOLDO
El choclo es un tango «criollo» con música de Ángel Villoldo, estrenado en 1903 y cuya partitura fue publicada en 1905. Es considerado uno de los tangos más populares, se cuenta que llegó a ser tomado por el himno nacional argentino.
La melodía del tango, característica de la llamada «Guardia Vieja» del tango, fue compuesta probablemente hacia 1898. Su estreno fue el 3 de noviembre de 1903 por la orquesta de José Luis Roncallo, quien había transcrito la partitura, en El Americano, un restorán de categoría del centro de Buenos Aires. Para evitar conflictos con el dueño del local en una época en la que el tango era asociado a las clases marginales, Roncallo presentó la obra como una «danza criolla».
La melodía del tango, característica de la llamada «Guardia Vieja» del tango, fue compuesta probablemente hacia 1898. Su estreno fue el 3 de noviembre de 1903 por la orquesta de José Luis Roncallo, quien había transcrito la partitura, en El Americano, un restorán de categoría del centro de Buenos Aires. Para evitar conflictos con el dueño del local en una época en la que el tango era asociado a las clases marginales, Roncallo presentó la obra como una «danza criolla».
Con este tango que es burlón y compadrito
se ató dos alas la ambición de mi suburbio;
con este tango nació el tango, y como un grito
salió del sórdido barrial buscando el cielo;
conjuro extraño de un amor hecho cadencia
que abrió caminos sin más ley que la esperanza,
mezcla de rabia, de dolor, de fe, de ausencia
llorando en la inocencia de un ritmo juguetón.
Por tu milagro de notas agoreras
nacieron, sin pensarlo, las paicas y las grelas,
luna de charcos, canyengue en las caderas
y un ansia fiera en la manera de querer...
Al evocarte, tango querido,
siento que tiemblan las baldosas de un bailongo
y oigo el rezongo de mi pasado...
Hoy, que no tengo más a mi madre,
siento que llega en punta 'e pie para besarme
cuando tu canto nace al son de un bandoneón.
Carancanfunfa se hizo al mar con tu bandera
y en un pernó mezcló a París con Puente Alsina.
Triste compadre del gavión y de la mina
y hasta comadre del bacán y la pebeta.
Por vos shusheta, cana, reo y mishiadura
se hicieron voces al nacer con tu destino...
¡Misa de faldas, querosén, tajo y cuchillo,
que ardió en los conventillos y ardió en mi corazón.
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