Cuadros nación en Guaymallén, Mendoza, un 23 de diciembre de 1902. Su padre era chileno, por ello el apodo de “chilenito” que tenía desde muy joven. Aprendió guitarra con su madre y tía y comenzó cantando a dos voces con su hermano Guillermo.
Hacia 1926 ya era bien conocido como bailarín de cuecas, cantor y compositor. Integró tríos con Domingo Morales y Alberto Quini y luego con Edmundo Cartos y Roberto Puccio. Formo el conjunto Guaymallén.
diario que ha oído las mejores cuecas y tonadas del dúo Cuadros-Morales, agregando que son verdaderos trovadores de Cuyo. De ahí les quedó el nombre que Hilario Cuadros llevaría ya para siempre con su conjunto: 'Trovadores de Cuyo'.
POEMA DE ATAHUALPA YUPANQUI
Se ha cortado el bordón de tu guitarra
cuando la paz del alma florecía.
Cuando muere un cantor, la tierra mía
una canción junto al dolor amarra.
Sombras de Guaymallén anochecidas,
en las acequias su dolor sollozan,
mientras nombran los criollos de Mendoza
al que pasó cantando por la vida.
Le dictaba la Patria cada verso
con la palabra simple del labriego.
Por Cuyo fue su brindis y su ruego,
y la nostalgia azul de su universo.
Adiós, Hilario Cuadros,
compañero de guitarra, y tonada y luna llena.
¡Qué pequeño consuelo y cuánta pena
ha de tener la voz de los troveros!
Se ha cortado el bordón de tu guitarra
cuando la paz del alma florecía.
Cuando muere un cantor, la tierra mía
una canción junto al dolor amarra.
Hacia 1926 ya era bien conocido como bailarín de cuecas, cantor y compositor. Integró tríos con Domingo Morales y Alberto Quini y luego con Edmundo Cartos y Roberto Puccio. Formo el conjunto Guaymallén.
diario que ha oído las mejores cuecas y tonadas del dúo Cuadros-Morales, agregando que son verdaderos trovadores de Cuyo. De ahí les quedó el nombre que Hilario Cuadros llevaría ya para siempre con su conjunto: 'Trovadores de Cuyo'.
POEMA DE ATAHUALPA YUPANQUI
Se ha cortado el bordón de tu guitarra
cuando la paz del alma florecía.
Cuando muere un cantor, la tierra mía
una canción junto al dolor amarra.
Sombras de Guaymallén anochecidas,
en las acequias su dolor sollozan,
mientras nombran los criollos de Mendoza
al que pasó cantando por la vida.
Le dictaba la Patria cada verso
con la palabra simple del labriego.
Por Cuyo fue su brindis y su ruego,
y la nostalgia azul de su universo.
Adiós, Hilario Cuadros,
compañero de guitarra, y tonada y luna llena.
¡Qué pequeño consuelo y cuánta pena
ha de tener la voz de los troveros!
Se ha cortado el bordón de tu guitarra
cuando la paz del alma florecía.
Cuando muere un cantor, la tierra mía
una canción junto al dolor amarra.
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