Como si fuera renegando del Destino de trenzar leguas y leguas sobre la triste extensión va la carreta, rechinando en el camino que parece abrirse, al paso de su blanco cascarón.
Cuando chilla la osamenta señal que viene tormenta... Un soplo fresco va rizando los potreros y hacen bulla los horneros anunciando el chaparrón...
Y la Pampa es un verde pañuelo, colgado del cielo, tendido en el sol, como a veces resulta la vida sin sombras ni heridas, sin pena ni amor... El viento de la cañada trae gusto a tierra mojada y en el canto del viejo boyero parece el pampero soplar su dolor...
Se ha desatado de repente la tormenta y es la lluvia una cortina tendida en la inmensidad mientras los bueyes, en la senda polvorienta, dan soplidos de contento como con ganas de andar... ¡Bien haiga el canto del tero que saluda al aguacero! Ya no es tan triste la tristeza del camino y en el pértigo el boyero siente ganas de cantar.
Langanay, viejo buey, lomo overo, callado aparcero de un mismo penar, igual yugo nos ata al camino... ¡Pesado destino de andar y de andar! ¿Adónde irás, buey overo que no te siga el boyero? Y la Pampa es un verde pañuelo, colgado del cielo, que quiere llorar...
María Helena nombre artístico de María Kalasakis, (n. 4 de agosto de 1946 en Remedios Escalada, Buenos Aires - † 17 de diciembre de 1969 en Santo Tomé, Corrientes, Argentina). Para crear su nombre artístico agregó al suyo el nombre de su hermana Elena, que modificó en homenaje a Grecia, país de donde provenía su padre. Surgió como cantante durante el apogeo de la música del Litoral, a mediados de la década de los años 1960. Fue descubierta por el productor televisivo Roberto Galán, quien la invitó a actuar en Canal 9, y luego lo hizo en Radio El Mundo. El sello CBS Columbia la contrató para grabar su primer disco con los temas Ribereña y Canto islero. En el III Festival Nacional de la Música del Litoral de Posadas, Misiones (1965) fue consagrada como "Revelación", y en el VI Festival Nacional de la Música del Litoral, en la misma ciudad (1968), fue ovacionada por el público que la bautizó La novia de Posadas.
Su repertorio incluyó temas de autores de la talla de Fermín Fierro, Ramón Ayala ("El Mensú"), Hernán Figueroa Reyes, Oscar Valles, Albérico Mansilla, Horacio Guarany, Eladia Blázquez, José Vicente Cidade, entre otros. Sus interpretaciones más exitosas han sido Mi serenata, Soy de Misiones, Sol del Litoral, Correntina de ley, Corrientes es así, Lucerito alba, Galopera, No quisiera quererte y Canción del adiós. En sus actuaciones y grabaciones fue acompañada por figuras como Carlos Vallejos, Luis Ferreira ("Juan Payé"), Papi Barboza, Ricardo Ojeda, José Carli, Oscar Cardozo Ocampo, Waldo Belloso y Rubén Duran. Su última actuación fue en el VI Festival del Folclore Correntino, en Santo Tomé. Pocos días después falleció trágicamente en un accidente automovilístico producido a 35 kilómetros de esa ciudad, el 17 de diciembre de 1969.
LETRA: RICARDO LINARES MÚSICA: JOSÉ VICENTE CIDADE
Cuando la ilusión es camalote que va por esas aguas bogando a la deriva... Cuando la esperanza es un islote donde cuervos y caranchos hacen pronto su guarida... Llora la costera al preguntar: "¿Dónde está mi amor, mamboretá?", y el mamboretá, como negando, su cuerpo está balanceando en la rama del sauzal.
Costera, ceibo en flor de la ribera, leñadora y lavandera, hija fiel del Paraná. Costera, no esperés en la escollera que la lancha maderera tal vez nunca volverá.
Pasan resonando en el silencio las lanchas que acarrean maderas y frutales. Brillan jugueteando en la corriente las estelas que a su paso van besando los juncales. Llora la costera al preguntar: "¿Dónde está mi amor, mamboretá?", y el mamboretá, como negando, su cuerpo está balanceando en la rama del sauzal.
Costera, ceibo en flor de la ribera, leñadora y lavandera, hija fiel del Paraná. Costera, no esperés en la escollera que la lancha maderera tal vez nunca volverá.